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Otro paseo musical: una miniatura de eternidad

Preparándose para tocar (guitarras en las Conchas) blog

 

El antes y el después. Dos momentos alejados, separados por lo que aconteció, lo que queda flotando entre esas dos comas: la historia. En los preparativos y en los restos encontramos pistas, hilos de los que tirar. De las sillas aún vacías, del espacio umbrío del patio renacentista, deducimos lo que vendrá: una parada musical más del paseo. Los guitarristas disponen sus partituras, afinan sus instrumentos, calientan las manos frotándolas contra las piernas. Esperan. Después, la comitiva partirá hacia la siguiente parada, dibujando un itinerario en cuyos nodos se preparan nuevas agrupaciones musicales, esperando. Y así, en un coser y cantar, el recorrido llega a su fin, y comienza la última peregrinación: en las tripas de la escuela humea una enorme paella con la que resarcir los estómagos. Un último encuentro, ya con los instrumentos aparcados, para hablar y comentar. Otro paseo ha terminado. Hace sol. Nos dispersamos.
Terminamos con la paella (queda el plato de sonia) blog
«Puede suceder cualquier cosa: la música interpretada y escuchada nunca podrá desaparecer del pasado. Nada podrá impedir que haya sido tocada y que vosotros la hayáis escuchado. Incluso si un día la tierra se enfría demasiado o se calienta en exceso, o si los hombres desaparecen, el tiempo de la música vivida persistirá en el pasado. Aun desaparecido sin dejar huellas, seguirá, de modo misterioso, adornando humanamente el universo.»

                                                  Jeanne Hersch, en Tiempo y música, ed. Acantilado