Todo retorna. Pasó el frío y la quietud de los días invernales. Pasaron ya dos trimestres enteritos, con sus semanas de trabajo con el instrumento, las clases de lenguaje, los viernes de coro y agrupaciones. También pasaron unas cuantas audiciones en la escuela y otras tantas puestas de largo en el auditorio de Calatrava. Y ahora queda apenas un suspiro. Un suspiro que será largo e intenso.
El pasado viernes 2 de mayo comenzaron los Conciertos de primavera. No hay otra señal en la escuela que denote mejor que comienza el crescendo final del curso; que es el momento de dar, de poner sobre la mesa todo lo que se ha aprendido -y aprehendido…- durante los meses anteriores.
Esta vez, los alumnos mayores de viola -Eva, Elisa & Pablo- nos ofrecieron música de Telemann, Glazunov y Hummel, entre otros, en una velada estupenda que fue el punto de partida de una sugerente serie de conciertos que puntualmente iremos anunciando en la escuela (¡atentos a los carteles y a vuestro muro de Facebook!).
Como sabéis, el formato de estos conciertos nada tiene que ver con el de las audiciones al uso. Ahora, a los alumnos de último curso profesional, les toca ofrecer un recital más largo, más cuajado y con más forma. Tienen tiempo de situarse, de recrearse en la música, de olvidarse de que el público está ahí. Simplemente tocar. Merece la pena. Tanto si practicáis el instrumento en cuestión, como si pensáis hacerlo próximamente, esto os interesa. Y si, al margen de clasificaciones instrumentales, simplemente os gusta escuchar buena música, aquí encontraréis cumplida terapia. Avisados estáis.
