Como ya sabéis, el género del microrrelato es muy querido en nuestra escuela. Hace algunos años no era raro encontrarse con talleres de este pelaje en las escuelas de verano y, de hecho, tuvieron lugar cosechas excelentes de pequeños textos que algunos de vosotros habréis podido leer o escuchar en distintos eventos, como los paseos musicales de 2006 y 2007, o el recital de microrrelatos, organizado recientemente con ocasión del 30º aniversario de la escuela.
Es por eso que nos hizo tanta ilusión encontrarnos con este cuento escrito por nuestra alumna Jimena Ávila, y que llegó a la redacción de nuestro blog (¡gracias Luisa!) hace ya algún tiempo. Como estas fechas son idóneas para las lecturas refrescantes y para dejar volar la imaginación, lo compartimos con todos vosotros, a ver si encontráis cuál es la clave del asunto porque, como casi todas las buenas historias, ésta tiene un pequeño secreto.
Nosotros no dejamos de maravillarnos con esta divertida proeza creativa, especialmente porque Jimena la escribió cuando contaba con tan sólo nueve años de edad. A ver si encontráis el hilo que teje la historia (los más avezados, podéis proponer vuestras soluciones en los comentarios ?).
