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El ciclo renace

De entre todos los renacimientos que este curso han reverdecido en la escuela, el del ciclo de conciertos de Primavera es, sin duda, el más intenso y personal. Para nosotros, funciona como un testigo que anuncia que, al fin, hemos vuelto del todo. Es intenso, porque los músicos despliegan su repertorio sin límites de tiempo ni de espacio, no importa lo que dure la obra, ni hay dudas sobre si repetir o no, si Da Capo o final, y el escenario es suyo, y el auditorio también.

Es personal, porque cada participante sube para quedarse un ratito, para hacer suyo el tiempo de la escucha y poner, con tacto, con calma, la música en el oído de los asistentes. Pocos instantes de tanta paz como la inmersión en cualquiera de los conciertos, y olvidarse de lo demás, dejar fuera las mundanales preocupaciones (¡ay!…) y dejarse mecer por la pura música, sin más. Ellos y ellas nos la regalan, ponen en pie obras de Sor, Debussy, Torroba, Bach, Schumann… Otros espíritus que nos regalaron tanto arte sin trabas, tanta cercanía y tanta franqueza. Con eso nos quedamos. Con eso os devolvemos vuestra confianza. Con eso renacemos.       

(Imágenes tomadas en los conciertos del 30 de mayo y 7 de junio. Aparecen, Darío (guitarra), Andrea R. & Alberto (flautas), Gemma & Eva (flautas) e Irene (chelo), acompañadas por Juanfran y Andrea G., al piano)