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Nuestros amigos americanos

Diana (primera por la derecha) visita nuestra clase de lenguaje musical, dirigida por Mariángeles (centro). Los alumnos Eduardo, Lucas y Maya completan la foto

Como en el día de la marmota, recomenzamos una y otra vez devueltos a la rutina desde los cerros testigo vacacionales que salpican siempre el paisaje de entrada a la primavera. Hubo una vuelta de semana santa, una del lunes de aguas y, ahora, volvemos del puente de los Comuneros (¡y día del libro!). Soltar aire, tomar aire, soltar aire, tomar aire… Soltar y tomar. Ese vaivén refleja muy bien el momento actual del curso. Confiamos en que el tiempo libre haya sido todo lo estimulante posible y que traigamos cosas bonitas e ideas frescas a nuestro trabajo de músicos, a nuestra costumbre de aprender un día sí y otro también. En esas estamos.

Y, entre unas cosas y otras, nos vamos topando con esas sorpresas que hacen que la rutina sea apenas una entelequia imposible, que no hay, ni podrá haber dos días iguales ¿verdad? Y fue así como en la gozosa actividad de los días lectivos nos encontramos con la visita de Diana Franco, profesora de música de la Escuela Sinfónica de Antioquia (Colombia), que vino a Salamanca a conocer de cerca nuestra escuela. Compartimos muchas cosas con nuestros vecinos del otro lado del Atlántico y eso hace que la distancia sea relativa, que el oído y las emociones no se expresan en kilómetros, sino en grados de cercanía. Cercanía verdaderamente cercana, entonces. Visitad su página y podréis ver las cosas que hacen: https://www.sinfonicadeantioquia.org. Los que nos conocéis encontraréis allí nombres, herramientas y actitudes que os resultarán familiares. La pedagogía musical de Edgar Willems también guía el trabajo de nuestros colegas colombianos, y un ambicioso programa social del que se benefician miles de estudiantes no es el menor de sus logros. Realmente un espejo donde mirarnos… 

Es por esto que nos sentimos más que halagados de recibir tan ilustre visita. Nosotros, que somos apenas una gotita en un vasto océano, y que con un pie en el siglo XX y otro en el XXI, seguimos adelante con un proyecto que comenzó con un puñado de nosotros, algunos alumnos y todo un camino por hacer. Algunas de las historias que nos han hecho ser lo que somos ya las habéis leído aquí; otras, están todavía por escribir. Todo se andará, que hay muchas vivencias acumuladas y otras tantas por venir.